ZENITH Academy Christophe Colomb Hurricane Revolución

MANTENIENDO EL RUMBO HACIA LO EXCEPCIONAL…
Tres grandes figuras de la revolución, tres grandes descubrimientos de la relojería

Tres mecanismos inéditos, una precisión increíble

Si Cristóbal Colón se alza como el hombre que realizó uno de los descubrimientos más importantes en la historia de la humanidad, el reloj que lleva su nombre aloja un movimiento que pone tres importantes descubrimientos relojeros al servicio de una precisión infalible: un órgano regulador de alta frecuencia de oscilación (36.000 alternancias/hora) que permite secuenciar el tiempo en décimas de segundo, un sistema de transmisión huso-cadena que compensa las variaciones de fuerza del cubo al desarmarse y un módulo patentado de control de gravedad (gravity control) que neutraliza los efectos de la gravedad terrestre en la marcha del reloj. En otras palabras, el Academy Christophe Colomb Hurricane supera los problemas habituales relacionados con el hecho de llevar el reloj (gravedad) y la duración de la marcha (reducción del par) garantizando una gran precisión en la medición del tiempo (velocidad de oscilación del balancín). Estas características se materializan gracias a un movimiento excepcional que cuenta con 939 componentes, de los cuales 354 pertenecen al calibre propiamente dicho y 585 a la transmisión huso-cadena.

El secreto de una fuerza constante

A medida que se descarga un movimiento mecánico, este pierde amplitud (se reduce el ángulo de oscilación del balancín) y, por tanto, precisión. Por eso resulta necesario compensar la disminución progresiva de la fuerza del cubo. Con la geometría helicoidal de su huso, el sistema de transmisión huso-cadena del Academy Christophe Colomb Hurricane permite que la fuerza motriz permanezca perfectamente estable, incluso cuando el resorte del cubo se destensa. Aunque hasta el siglo XVIII los relojes de bolsillo iban equipados con un huso, hoy en día son muy escasas las marcas relojeras capaces de trasladar ese mecanismo al espacio limitado que tiene un reloj de pulsera. Sin embargo, tras dos años de investigación y desarrollo, la Manufactura Zenith alcanzó este logro. La transmisión entre el cubo y el huso queda garantizada por una cadena de 585 componentes y 18 centímetros de longitud. Alternando eslabones dobles e intermedios, este complejísimo diseño permite resistir una fuerza de tracción de más de tres kilos una vez se le ha dado cuerda. Durante toda la marcha (como mínimo 50 horas), el resorte motor transmite su energía al huso a través de la cadena, que se va enrollando alrededor del cubo. Ajustando las variaciones de tensión, el huso convierte en constante la fuerza que se transmite al rodaje, que a su vez la transmite a la rueda de escape de silicio situada en la jaula giroscópica. Si bien hacen falta más de 50 horas para que la cadena se desarme, es decir, se enrolle alrededor del cubo, la tija de remontuar permite –en tan solo unos segundos– hacer girar el huso y el cubo en el sentido contrario a la marcha para que la cadena se vuelva a enrollar de nuevo alrededor del huso. La forma del huso está determinada por la fuerza óptima que los maestros relojeros de Zenith han querido dar al cubo. Su silueta cónica y sus dimensiones son fruto de cálculos especialmente complejos, realizados para cada una de las siete fases de la construcción. La elaboración de un mecanismo tan complejo en un tiempo tan reducido se debe a que Zenith es una Manufactura integrada: todos los oficios, incluido el prototipaje de movimientos, interactúan continuamente y los equipos más sofisticados se implementan rápidamente en el proceso de fabricación. De este modo, el aumento en la eficacia y el ahorro de tiempo se convierten en los aliados de unas creaciones excepcionales.

La solución a la atracción terrestre

La transmisión huso-cadena elimina las variaciones isócronas (igualdad de duración de las oscilaciones) y el movimiento anula otro fenómeno perjudicial para su correcta marcha: la influencia de la gravedad terrestre. De acuerdo con el principio de que, manteniendo el órgano regulador en posición horizontal, se garantiza la mejor amplitud posible del balancín y, con ella, la máxima precisión horaria, Zenith imaginó y patentó un sistema revolucionario para mantener permanentemente el “corazón” del movimiento y el escape en esta posición. El gravity control es un sistema vanguardista que simboliza toda la audacia creativa de la Manufactura y, al mismo tiempo, rinde homenaje a su historia, puesto que se inspira en los cronómetros marinos que Zenith producía en épocas anteriores. Este sistema adopta de aquellos instrumentos ancestrales el principio de suspensión de cardanes, que empezó a utilizarse en el siglo XVI en las brújulas marinas para que conservaran su posición horizontal pese a los movimientos del barco. Gracias a su mecanismo giroscópico autorregulador, el sistema de control de la gravedad mantiene permanentemente el órgano regulador del Academy Christophe Colomb Hurricane en esta posición, sea cual sea la inclinación de la muñeca. Se trata de un sistema que ha necesitado cinco años de desarrollo y que representa al mismo tiempo la evolución definitiva del cronómetro marino. En este momento, Zenith es la única Manufactura que domina este sistema, el cual ya fue galardonado con el Gran Premio de Relojería de Ginebra en 2011 en la categoría de relojes con complicaciones.

¿Estuche para relojes o caja de puros?

Unas piezas tan magníficas merecen un estuche de la más alta categoría. Los tres relojes que componen esta edición Academy Christophe Colomb Hurricane Revolución se presentan en una caja de caoba adornada con formas angulosas y una cerradura de hueso de buey. Las efigies de cada uno de los tres personajes que otorgan su nombre a cada una de las piezas están serigrafiadas sobre un papiro incrustado directamente sobre la tapa. Además, el estuche tiene la particularidad de que, al retirar los relojes, puede convertirse en una caja de puros con capacidad para conservar hasta 200 unidades en excelentes condiciones.