Vacheron Constantin Métiers d'Art Fabuleux Ornements

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Las mujeres de nuestro tiempo, inspiran los adornos más delicados del mundo

La nueva colección Métiers d’Art Fabuleux Ornements es una verdadera invitación a viajar ya que aúna diversas técnicas ornamentales del mundo, procedentes de las artes decorativas de diversas culturas. Inspirada en lugares remotos de ensueño, así como en la voluntad de abrirse al mundo que siempre ha caracterizado a Vacheron Constantin, la colección presenta cuatro modelos esqueleto para mujer en los que se dan la mano varios oficios artesanales. Diez maestros artesanos se han turnado para reinterpretar con talento la arquitectura otomana, el bordado chino, los manuscritos indios y el encaje francés. Estos relojes exquisitamente femeninos están equipados con un calibre etéreo grabado a mano, que evoca la preciosa decoración de la esfera y encierra una delicada belleza interna y externa. 

Un viaje al corazón de la decoración técnica y preciosa  
Uno de los aspectos más fascinantes de la naturaleza femenina es la capacidad que la mujer tiene de reinventarse a sí misma sin dejar de prestar atención al mundo que la rodea y a las múltiples culturas que lo habitan. Vacheron Constantin ha dado rienda suelta a su creatividad, en repetidas ocasiones, para fabricar unos relojes increíbles dedicados a las mujeres. Entre ellos se cuentan, claro está, los relojes de pulsera, pero también los relojes de bolsillo ricamente decorados que se llevaban en collares, colgados de cadenas, prendidos en vestidos u ocultos en broches. En todos los casos, se apela a la imaginación de los artesanos de la manufactura —maestros relojeros, grabadores, esmaltadores, expertos en guilloché, joyeros y engastadores— para cumplir las expectativas de unos clientes cada vez más exigentes.

Los relojes Métiers d’Art Fabuleux Ornements invitan a las mujeres a redescubrir la belleza de los adornos del mundo, al ritmo de un calibre técnico y precioso. China y sus bordados antiguos, la India y sus manuscritos con ilustraciones de colores vivos, el Imperio otomano y su arquitectura y Francia y sus encajes son fuentes de inspiración que transmiten su arte mediante composiciones etéreas, sublimadas por los artesanos de la manufactura. El guilloché, el esmalte grand feu, los diamantes, las perlas y el nácar, así como el grabado, la glíptica y el cloisonné de piedras preciosas son artes tradicionales que están a caballo entre varias culturas y cobran vida al compás de las oscilaciones de un calibre de oro exquisitamente etéreo y grabado a mano.  

Un precioso calibre esqueleto: cuando el mecanismo se convierte en un ornamento
«La elegancia externa nunca es completa si no la aviva la belleza interna». Esta cita de Victor Hugo se puede trasladar perfectamente a la colección Métiers d’Art Fabuleux Ornements, pues el calibre esqueleto grabado complementa a las mil maravillas la decoración de la esfera.

Además de ser un ejemplo magistral de la experiencia de Vacheron Constantin en el arte de la decoración, el diseño esqueleto del calibre 1003 transforma este movimiento ultraplano de oro de 18 quilates y solo 1,64 milímetros de grosor en un asombroso encaje de ruedas grabadas. La hazaña consiste en extraer la mayor cantidad posible de material sin que ello afecte a las piezas esenciales que garantizan el buen funcionamiento del reloj. Para rematar el trabajo, el estiraje de los puentes se realiza a mano con una lima, y todas las piezas se biselan, decoran y moldean a mano, al estilo tradicional, lo que requiere de gran paciencia, para conseguir crear una composición ligera como una pluma. La precisión de la delicada decoración frontal se acerca a la décima de milímetro, mientras que, para la parte trasera, Vacheron Constantin ha optado por un biselado y un estiraje manual en señal de pureza y sobriedad.

Métiers d’Art Fabuleux Ornements: manuscrito de la India
Esmalte grand feu champlevé  y grabado artesanal
Enmarcados por una caja de oro rosa coronada por un bisel con diamantes engastados, diez vibrantes colores de esmalte salpican la esfera. Los tonos brillantes representan flores de inspiración oriental que florecen bajo un cielo azul. El maestro esmaltador ha representado la vivacidad y suntuosidad de las ilustraciones indias con profusión de esmaltes de colores intensos dispuestos alrededor del calibre esqueleto, emulando los motivos florales que decoraban los márgenes de los antiguos escritos orientales. En primer lugar, la decoración se perfila mediante la técnica champlevé, con la que se crean cavidades separadas por finos tabiques de oro para poder aplicar los esmaltes. Estos diez colores entrañan una gran dificultad por lo que se refiere a las sucesivas cocciones, un proceso que requiere la destreza de un auténtico alquimista. El meticuloso follaje, grabado a mano después de aplicar el esmalte, realza la belleza del reloj y evoca el grabado del calibre esqueleto. Se trata de una de las fases más delicadas, ya que cualquier error, por insignificante que parezca, puede dar al traste con todo el trabajo.
 
Métiers d’Art Fabuleux Ornements: arquitectura otomana
Biselado, nácar y medias perlas
La decoración estilo mashrabiya (celosía de madera) en oro rosa de la esfera, cuyos bordes han sido biselados a mano de manera exquisita. Colocado delicadamente sobre una base de nácar blanco natural, el enrejado de oro con medias perlas incrustadas evoca la majestuosidad de la voluta característica de la arquitectura de Oriente Medio. La meticulosa decoración de los anillos, que se denomina milgrain y consiste en una sarta de cuentas diminutas acuñadas en los bordes, contribuye a la magia del trabajo. El encanto de las noches árabes se extiende a los arabescos del calibre, que también están adornados con grabados.  
 
Métiers d’Art Fabuleux Ornements: encaje francés
Guilloché, esmalte grand feu y engaste de piedras preciosas
Un luminoso encaje de oro blanco adorna la esfera traslúcida con esmalte grand feu y guilloché artesanal. El diseño de encaje de hilo, pulido con gran destreza, recuerda la gran tradición de los bordados de estilo francés, un arte ancestral arraigado en la cultura del país. El trabajo irradia una delicadeza infinita, que evoca la paciencia y la habilidad que requieren las labores de ganchillo realizadas con aguja o con huso. La base de la esfera de oro luce un guilloché decorativo que confiere al esmalte transparente, una discreta sensación de relieve.
 
Métiers d’Art Fabuleux Ornements: bordado chino
Glíptica, cloisonné de piedras preciosas y grabado
La esfera, fabricada en oro rosa mediante la técnica cloisonné, luce un tapiz de flores de rubí, cuprita y granate. Al igual que los bordados de seda chinos están engalanados con telas suntuosas, las elegantes piedras, cortadas y esculpidas al estilo del arte de la glíptica, están adornadas con hojas y pistilos de oro exquisitamente grabados. Los nervios de las plantas y la forma redondeada de los pétalos son el paradigma de la atención extremada al detalle, la misma que confiere a la decoración un efecto de relieve fascinante. El grabado del rubí, que resulta especialmente delicado, constituye un auténtico reto. Los ópalos rosas se han cortado y trabajado uno a uno para crear un tapiz de piedras en una esfera preparada para ello con unos tabiques de oro blanco de apenas 0,5 milímetros de grosor. La asombrosa delicadeza del trabajo realizado por los maestros lapidarios y grabadores rinde un caluroso homenaje al arte tradicional del bordado, que se ha cultivado en China desde hace milenios.
 
Relojes distinguidos con el Punzón de Ginebra
Los relojes de la colección Métiers d’Art Fabuleux Ornements han sido distinguidos con el prestigioso Punzón de Ginebra. Instaurado por el Gran Consejo de la República y Cantón de Ginebra en 1886, el Punzón de Ginebra es una garantía de origen, durabilidad y saber hacer. Este sello de calidad único de origen independiente fue objeto de una transformación fundamental en 2011. Desde entonces, la certificación no atañe exclusivamente al calibre, sino a todo el reloj. Se trata de un gran avance para una garantía de calidad que cuenta desde hace tiempo con el apoyo de Vacheron Constantin.

El arte y la técnica del esqueleto

Un reloj Vacheron Constantin no es un mero objeto de excelencia mecánica que indica la hora, sino una auténtica obra de arte que pone de manifiesto la belleza proveniente de una pericia única, acumulada durante más de 260 años de historia. Desde que fue fundada en 1755, la manufactura se ha servido sistemáticamente de los oficios artesanales ejercidos por expertos artesanos para realzar la belleza de sus creaciones. El grabado artesanal es uno de ellos. Este complicado arte, que requiere una paciencia y una maña excepcionales, se utilizó desde el principio para obtener una ligereza etérea. El primer reloj que Jean-Marc Vacheron fabricó en 1755 ya estaba provisto de un puente de volante esqueleto grabado. La búsqueda de la transparencia prosiguió con unos componentes mecánicos cada vez más delicados y culminó en 1924 con la fabricación del primer calibre cien por cien esqueleto que latía en el interior de un reloj de bolsillo. La manufactura Vacheron Constantin, una antigua maestra en la práctica de esta complicada disciplina, dio rienda suelta a su creatividad y ha ido fabricando cada vez más calibres esqueleto, tanto simples como complicados, guiándose por su inspiración para vincularlos a otras artes e interpretando estas diminutas maravillas tanto en modelos de bolsillo como en relojes de pulsera a partir de los años 60.

No contenta con ser una de las pocas manufacturas capaces de fabricar unos calibres esqueleto tan complicados como los de repetición de minutos, calendario perpetuo y tourbillon, Vacheron Constantin vuelve a poner a prueba los límites de su arte reinventando la técnica propiamente dicha y los códigos estéticos por los que esta se rige. El grabado se va convirtiendo en una escultura, a medida que las líneas rectas se transforman en curvas entrelazadas, y las piezas del reloj se tornan en obras de arte arquitectónicas con unos juegos de luces fascinantes.

La técnica del esqueleto o el arte de
la magia mecánica etérea y transparente  
La primera y fundamental intervención del relojero
Si bien es cierto que la del esqueleto es de por sí una técnica puramente estética, si la comparamos con un calibre macizo, no hace sino añadir complejidad en cada fase. Todo comienza con un examen exhaustivo del movimiento, que se trabajará todo lo posible para revelar su belleza interior. Esta labor requiere toda la experiencia de los mejores maestros relojeros, pues se debe guardar un delicado equilibrio entre la extracción de la mayor cantidad posible de material y la preservación de la absoluta funcionalidad del calibre. Las fases de conceptualización, diseño y modelización llevan varios cientos de horas, una cifra que puede ser mayor en función del grado de sofisticación del calibre, especialmente por lo que se refiere a las complicaciones. 
El turno de los artesanos
Una vez que se ha encontrado ese delicado equilibrio, es el turno de los artesanos, quienes dan comienzo a un largo trabajo que requiere paciencia, precisión y rigor. La platina, los puentes, el barrilete y demás piezas mecánicas, ya perforadas y cortadas, ocuparán sus hábiles manos durante docenas de horas, hasta que estén listas para revelar su atractivo nuevo rostro. Los artesanos trabajan a mano cada componente para crear delicados contrastes entre el acabado pulido del biselado que captará la luz y el efecto mate del estiraje manual que realzará el brillo. Esta labor, que ya es complicada de por sí, se ve dificultada por las aberturas curvilíneas y los ángulos internos —algunos de menos de 45º— que Vacheron Constantin tanto utiliza en sus relojes esqueleto y que ninguna máquina podría reproducir.
 
Al biselado y al estiraje manual le sucede el grabado propiamente dicho. Mediante una serie de incisiones realizadas meticulosamente con el buril, el grabador esculpe el material de cada calibre durante alrededor de una semana para reproducir la original decoración ideada por Vacheron Constantin, que habrá de lucir un exquisito relieve redondeado. La precisión de los gestos —que, en algunos casos, se acerca a la décima de milímetro— y la sensibilidad estética del artesano están perfectamente coordinadas para imprimir un carácter único en cada componente.
 
Vuelta a la mesa de trabajo
El montaje y el ajuste de un calibre esqueleto es una tarea especialmente difícil, ya que la pérdida de material que conlleva la técnica del esqueleto provoca algunas deformaciones en las piezas. Por lo tanto, el relojero debe retocarlas una y otra vez hasta que se cerciore de que interactúan de manera impecable. Se trata de un proceso largo, en el que se asegurará de que no hay polvo en los huecos de las superficies y respetará escrupulosamente los requisitos sumamente estrictos impuestos por el Punzón de Ginebra. El relojero dedica una atención especial a cada pieza, particularmente a las biseladas, a fin de garantizar la perfección de su estética y su funcionalidad. Tal perfección vuelve a ponerse a prueba rigurosamente al encajar el movimiento esqueleto, cuya transparencia revela todas las imperfecciones, por muy insignificantes que sean. Mucho antes de que comiencen las eternas pruebas de estanquidad, fiabilidad y precisión, el calibre vuelve varias veces a la mesa de trabajo, hasta que la magia de un movimiento esqueleto magistral empieza a surtir efecto. Como en tantos otros campos, en el sector de la relojería, todo lo excepcional nace de la excelencia y la paciencia. 
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Métiers d’Art Fabuleux Ornements
Serie limitada de 20 relojes de cada modelo Inscripción «NºX/20» grabada en el fondo de cada reloj 
Réf.:
  • 33580/000G-9903: encaje francés
  • 33580/000R-9904: bordado chino
  • 33580/000R-9906: arquitectura otomana
  • 33580/000R-9959: manuscrito indio
  • Relojes distinguidos con el Punzón de Ginebra
  • Disponibles exclusivamente en las boutiques Vacheron Constantin 

Calibre

  • 1003 SQ
  • Desarrollado y manufacturado por Vacheron Constantin
  • Mecánico, carga manual
  • Grabado a mano  
  • 21,1 mm de diámetro
  • 1,64 mm de grosor
  • Aproximadamente 31 horas de reserva de marcha
  • 2,5 Hz (18.000 alternancias/hora)
  • 117 piezas
  • 18 rubíes  

Indicaciones Horas, minutos  

Caja

  • Oro blanco de 18 quilates/oro rosa 5N de 18 quilates  Bisel con 64 diamantes talla brillante con un peso de aproximadamente 0,89 quilates en total
  • Encaje francés y bordado chino: anillo con diamantes 60 diamantes talla brillante con un peso de aproximadamente 0,20 quilates en total
  • Arquitectura otomana: anillo estriado
  • Manuscrito indio: anillo pulido  37 mm de diámetro, 8,00 mm de grosor
  • Fondo de cristal de zafiro transparente
  • Estanquidad probada a una presión de 3 bares (aproximadamente 30 metros de profundidad)  

Esfera

  • Encaje francés: guilloché artesanal y esmalte grand feu traslúcido, platina esqueleto de oro blanco de 18 quilates, diamantes y zafiros azules y rosas engastados (13 zafiros y 40 diamantes talla redonda con un peso total de aproximadamente 0,06 y 0,13 quilates respectivamente)
  • Bordado chino: cloisonné de piedra (ópalo rosa), glíptica de rubí, granate y cuprita (con un peso de aproximadamente 1,40 quilates en total)
  • Arquitectura otomana: nácar blanco bajo una platina de oro de 18 quilates, biselada a mano y adornada con medias perlas aplicadas
  • Manuscrito indio: esmalte grand feu champlevé y grabado artesanal  

Correa  Piel de Alligator mississippiensis morada/burdeos/negra/azul, punta cosida, escamas cuadradas 

Cierre

  • Oro blanco de 18 quilates/oro rosa 5N de 18 quilates
  • Con forma de media cruz de Malta y diamantes engastados (21 diamantes talla redonda con un peso de aproximadamente 0,21 quilates en total)